CARTA AL DRAGÓN

Em permeto, amb l’autorització de l’autora, reproduir-vos el text que va escriure explicant, de primera mà, l’experiència de poder trencar el mur emocional que a vegades ens construïm per protegir-nos i que acaba convertint-se en la nostra pròpia presó.

És un text bonic, sentit, clar,.. que pot ajudar-nos a trobar el coratge per fer front al nostre mal estar emocional. Parla de la confiança, de la fortalesa,…

CARTA AL DRAGÓN

A veces las fortalezas no son lo que parecen, cuando pensamos en este concepto lo primero que se nos vienes a la cabeza es una cualidad de una persona que lo hace grande y diferente del resto. Pero en mi caso, mi fortaleza no era más que el significado descriptivo de la propia palabra. Un muro, una prisión, un coloso que me guardaba y protegía del resto con la firmeza de un dragón, pensando que de esa forma era la única forma de sobrevivir al mundo.

Y es que cuando nos hacen daño, todos buscamos a nuestra manera, la forma de protegernos de la agresión, sin ser conscientes a veces, de que sólo con un escudo de quita y pon es suficiente.

En mi caso, vivía en un palacio frio y asolado, rodeada de piedras puestas cada una con tanto rencor y tanto odio que prácticamente podía olerse la podredumbre del empasto que rezumaba de entre cada piedra. Sola, pero protegida, me decía. Sola, pero sin que te hagan daño. Y lo peor de todo es que me lo creía, pero si aprendes a funcionar así, la única realidad en la que vives se convierte en la única posible.

Hasta que perdí el control de mi propio imperio, el dragón se reveló y como un virus fue contagiando todo lo bueno que tenía y comiéndoselo para dejarme aún más sola y con pocas emociones.

Uno se convierte poco a poco en esa misma prisión de piedra, y como un mal sueño de repente te ves encerrada dentro de tu propia cárcel y habiendo perdido la llave para abrir la puerta.

Per de todo se aprende, y si algo he aprendido es que a sabiendas de haber estado ahí, no quiero volver. Tengo la llave, la llevo en mi mochila, que no es una cualquiera, tengo todo lo que necesito para cuidarme a lo largo de las inclemencias y sobresaltos del camino. Cuando tenga frio o me sienta sola me pondré una manta que me de calor, y cuando ya mi corazón se haya calentado la volveré a guardar.

Tengo un escudo para defenderme en caso necesario y un lanzallamas también por si se diera el caso. Pero siempre siendo consciente y teniendo presente que esos van en mi mochila y que viajo ligera de equipaje, por lo que no hay sitio para el rencor, las agonías, los dolores crónicos o los enquistamientos “enfadicas”.

En esta mochila tengo todo lo que puedo necesitar, en caso de emergencia, está claro, pero por el camino siempre llevaré puesto el calor y la felicidad en el corazón y de la mano, siendo estos mis principales compañeros de viaje, a los que iremos sumando personas y momentos que guardaré en esa mochila con la firmeza de un león, pero solo para lo bueno y lo cálido.

Pero ojo, no todo en el muro es malo, como dije antes, de todo se aprende, y por ello le quiero dar las gracias, pero a la vez dejarlo ir con paz en mi interior.

Gracias por protegerme cuando lo necesité, gracias por cuidarme cuando ni yo podía, gracias por defenderme cuando en realidad tenia miedo y por todos y cada uno de los momentos en los que me he apoyado en ti y tú has respondido con la fuerza y la ira de un dragón y la dureza e la roca más dura.

Si sabes cavar, mover, o construir, tú solo puedes salir de ese hoyo en el que te has metido.

Y por favor, deja volar libre al dragón y déjame quedarme con el calor de sus llamas, la dureza de sus escamas y la potencia de sus alas para poder volar muy, pero que muy alto.

El primer paso se da de la mano de la confianza y de la felicidad, mirándolas a la cara y diciéndote tímidamente Tú puedes, no tengas miedo a fallar, yo te acompaño y te levanto si te caes. El primer paso es el que más miedo da, pero es como un helado que te transporta a tu infancia con cada bocado o lametón, así que con uno sólo no sirve y quieres más.

Así iré haciendo camino

BC

 

 

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